16/3/24

Joan Manuel Serrat canta a Miguel Hernández 1972


 

JOAN MANUEL SERRAT CANTÓ A MIGUEL HERNÁNDEZ

 



Tenía el propósito de escribir sobre Miguel Hernández, me viene a tiro unos recitales del cantante Serrat efectuados recientemente en el cine Tívoli de nuestra ciudad. Joan Manuel Serrat que, como hizo anteriormente con Machado, ha musicado los textos poéticos del poeta levantino con la sobriedad y profesionalidad que le caracteriza, aunque a mi parecer el actual álbum no tiene el acierto más profundo del álbum dedicado al poeta andaluz. Considero que musicar a un poeta es arriesgado y difícil, pero el cantautor del Poble Sec ha salido perfectamente victorioso. La canción comercial forma parte del tinglado capitalista con sus promociones y marketing incluido. También los cantantes comprometidos caen en esta trampa si quieren que su obra sea promocionada por los medios de comunicación, sea conocida y sus discos sean comprados por los fans. Serrat es un cantante comercial, pero su obra tiene diversos rasgos y en ella cabe también el compromiso. La música de Serrat está marcada por la estética y las letras de sus canciones tienen belleza y poesía. Serrat es a la vez un cantante para chicas, pero también para jóvenes y para menos jóvenes. Serrat es tierno y, a la vez, comprometido. Serrat canta a Hernández o a Machado y con ello promociona cultura, al igual que el valenciano Raimon música Espriu o Ausiàs March o el francés Léo Ferré compone canciones con poemas de Louis Aragon. La canción se pone al servicio de la poesía y aprovechando la difusión por los “mass media”, que tanta importancia le dan actualmente a la canción, sirve de trampolín para que una obra determinada de un autor sea conocida.

La cultura por lógica debería promocionarse para que llegase lo más lejos posible y fuese aprovechada por las capas menos favorecidas de la sociedad. La poesía debería formar parte de la buena educación desde la escuela y, posteriormente, incitar al hombre y a la mujer a que tuviesen ansias de saber. Difícil papeleta la del mundo de la cultura, sobre todo cuando vemos la dejadez de la gente que no se cultiva intelectualmente. ¿Por qué será? Tal vez por voluntad propia o por la dejadez del Estado.

Nuestra piel de toro está huérfana de grandes autores, los marginó Franco. Artistas del verso y paladines de la palabra por su causa republicana e ideológica tuvieron que huir al exilio. Esta bella expresión literaria de carácter ético, de pluma libre, prendada de honestidad y revestida de dignidad humana fue pisoteada por los nuevos aires triunfales del falangismo.

El hombre digno, fiel a sí mismo y a sus postulados, se rebela contra la injusticia y prefiere morir de pie que vivir de rodillas. Miguel Hernández fue un rebelde, un hijo del pueblo, un luchador nato. Miguel de España fue el poeta de los humildes. Serrat, con su voz quebrada, busca la raíz humana de Miguel. Los versos de éste, con su dolor, su vida, su amor, su esperanza, su fracaso, su alegría, su lucha…, y su muerte en cautiverio víctima de la más trágica de todas las guerras de nuestro tiempo, son testimonio de un tiempo perdido. Los poemas llegan al público en general como el desgarrado canto de una desesperanza: la tragedia individual y colectiva de un hombre y su pueblo. El autodidacta pastor y poeta de Orihuela vivió y murió en un trágico destino marcado por un intenso olor de juventud. Treinta y un años de vida forjaron su desesperanza, en este corto periplo de vida donde desarrolló toda su gran, pero sencilla, personalidad humana. Me extrañó que en el recital no pronunciase ni una sola vez el nombre del poeta al que cantaba, solamente el frío papel del programa aclaraba que la segunda parte estaría dedicada a los poemas de Hernández, pero no es lo mismo conocer el nombre del autor de unas letras que conocer realmente quien fue el autor de aquellos poemas, ¿qué es lo que hizo y por qué? Tampoco soy tan ingenuo para creerme que todos los que asistían al recital hubiesen leído a Hernández ni que se dé por sentado que en toda España sea conocido. Por esto creo que es importante este nuevo trabajo de Serrat con un poeta español, el disco servirá para divulgar los poemas de un gran poeta. Y realmente me reafirmo en creer que muchos de los que vitoreaban a Serrat en el Tívoli conociesen al autor de Vientos del Pueblo, esto se notó en la frialdad de la sala donde el público prefirió más Mediterráneo (obra magistral de Serrat) que el sangrante y dramático Para la libertad o el poema denuncia de explotación infantil El niño yuntero o el tierno y patético Nanas de la cebolla. La poesía de Hernández dejó atrás sus senderos locales del terruño, sus huertas y sus cabras para volar desde su provincianismo hasta lo más elemental de la tragedia universal: El hombre acechaba con la furia del rayo que se precipita contra la tierra.

 

Ferran Aisa-Pàmpols

(Agenda, Barcelona, diciembre de 1972)