‘La huelga de la Canadiense’, de Ferran Aisa
En febrero de 1919, Barcelona era una ciudad a punto de explotar. El movimiento obrero, que se alineaba de manera mayoritaria con el sindicato anarquista CNT, echaba el resto para conseguir mejoras laborales, subidas de sueldo y otros cambios en la regulación laboral que hicieran que las vidas de los hombres y mujeres que conformaban el proletariado industrial fueran un poco más soportables, mucho menos duras de lo que venían siéndolo desde el comienzo de la Revolución Industrial.
TEXTO: Rafael Calero Palma (escritor y poeta).
A grandes rasgos, este es el tema central de la más reciente obra del escritor, ensayista, poeta Ferran Aisa, La huelga de la Canadiense, publicada por la editorial Entreambos, coincidiendo precisamente con la conmemoración de los cien años de la importantísima huelga que consiguió doblegar a la patronal catalana para que se impusiera la jornada laboral de ocho horas en España, algo que se había convertido en una reivindicación permanente de la clase obrera de todo el mundo desde la segunda mitad del siglo XIX.
Ferran Aisa (Barcelona, 1948) es, sin ningún género de dudas, uno de los más importantes estudiosos del movimiento obrero, en general, y del anarquismo, en particular, de este país y de su ciudad natal, Barcelona. Pocas personas hay que sepan tanto sobre el anarquismo como él, poseedor de un conocimiento enciclopédico sobre el anarcosindicalismo y sobre la Confederación Nacional del Trabajo. Su extensísima obra incluye títulos como Les avantguardes: surrealisme i revolució. (2008), CNT, la força obrera de Catalunya (2013), Dinamita cerebral: cultura, literatura, arte y poesía anarquista (2015), ECN 1. Radio CNT-FAI Barcelona. La voz de la revolución (2017), Viaje por la España franquista, 1969-1970, (2017) o Discurso ácrata, Anarquismo y anarcosindicalismo, teoría y práctica, (2018), por citar tan solo algunas de las obras más recientes, significativas e importantes de su ya longeva carrera.
En La huelga de la Canadiense (La vaga de la Canadienca en su versión original en catalán, de cuya traducción al castellano se ha encargado Griselda García), Ferran Aisa lleva a cabo un estudio pormenorizado de la situación social, política, laboral, económica, cultural del proletariado barcelonés y, por extensión, del de toda Cataluña, en el primer cuarto del siglo XX. A través de las 313 páginas del libro, van surgiendo los nombres de figuras míticas del anarquismo español. Personajes como Ángel Pestaña, Salvador Seguí (El Noi del Sucre, quien por cierto, fue asesinado en la misma calle donde años más tarde nacería y crecería el propio Ferran Aisa, la famosa Calle de la Cadena, en el Barrio del Raval, desaparecida desde el año 2000, cuando fue derribada, junto a otras adyacentes, para construir la actual Rambla del Raval), Josep Negre, Saturnino Meca, Manuel Buenacasa, Joan Peiró, Buenaventura Durruti, Francisco Acaso, Juan García Oliver, y muchos más, quienes con su férreos ideales ácratas, su valentía y su enorme capacidad de lucha contribuyeron a crear un movimiento sindical y revolucionario sin parangón en la Europa de la época. En este sentido, La huelga de la Canadiense relata unos hechos que marcaron un antes y un después en la cronología de la lucha de clases, pues las cosas no volverían a ser nunca las mismas tras los cuarenta y cuatro días de huelga general que paralizaron el sistema nervioso de la industria catalana.
En el libro de Ferran Aisa se hace especial hincapié en la situación de las mujeres dentro del proletariado, y en cómo sus luchas fueron tan importantes como la de los hombres, aunque la mayoría de las veces fueran silenciadas. También el autor destaca la importancia y la influencia que la Revolución rusa de 1917 tuvo sobre el movimiento obrero catalán, a pesar de los matices políticos que diferenciaban a los bolcheviques rusos de los libertarios catalanes.
La huelga de la Canadiense es un ensayo pero se lee como si fuese una novela, pues está escrita con agilidad y su lectura atrapa al lector desde las primeras páginas. Su autor, una de las personas que mejor y más sabe sobre el movimiento libertario y sobre la historia de la CNT, va desmenuzando de una manera amena pero siempre instructiva aquellos lejanos días del siglo pasado, en los que los obreros industriales de Barcelona pusieron contra las cuerdas a la burguesía catalana, tiempos de terrorismo empresarial, de pistoleros contratados por los patronos, de somatén o fuerzas parapoliciales, de despidos masivos, de amenazas y de palizas a trabajadores; tiempos de periodismo obrero (no se puede olvidar la importancia del papel jugado por la prensa anarquista con publicaciones como Solidaridad Obrera, la mítica Soli, que dirigió durante un tiempo el no menos mítico anarquista leonés Ángel Pestaña), de hambre y de dolor, mucho dolor, de cárceles y torturas, pero también de solidaridad y fraternidad, de cajas de resistencia y de ayuda mutua entre trabajadores que no tenían donde caerse muertos, pero que eran capaces de compartir lo poco que tenían sin pedir nada a cambio. Tiempos en los que todo estaba por construirse, y en los que los valores utópicos eran más importantes que los valores en Bolsa.
La huelga de la Canadiense es un libro muy, muy recomendable, un libro riguroso en los datos, repleto de información pero ágil y muy ameno en cuanto a su lectura. Ferran Aisa sigue completando el puzle de una Barcelona que, durante un tiempo, fue la cuna de la vanguardia revolucionaria, una ciudad donde las ideas libertarias se expandieron como el fuego, una ciudad que poco o nada tiene que ver con el parque temático para turistas en que se ha convertido la Barcelona de hoy en día. Si tienes ocasión de leer este libro, no la dejes pasar. La huelga de la Canadiense es un libro tan necesario e importante que, si no existiese, tendríamos que pedirle a su autor, el escritor Ferran Aisa, probablemente el autor que más sabe del tema, que lo escribiera.
Rafael Calero (La Giganta Digital y Rebelión)
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