REPOBLADORES DE ALMACELLES (SEGRIÀ-LLEIDA)
(Versión castellana de mi trabajo inédito sobre mi familia que abarca los Aisa-Barrera, los Pàmpols-Fuertes-Marco y los Poquet-Clota.)
BREVE PINCELADA HISTÒRICA DEL PUEBLO DE ALMACELLES
Almacellas
(Almacelles en catalán) es un pueblo situado a poniente de Cataluña en la
frontera con la Franja de Aragón (zona de la Litera) ya en la provincia de
Huesca en la comunidad aragonesa. Almacelles forma parte de la comarca del
Segrià y de la provincia de Lérida (Lleida en catalán). Está situada a unos 190
kilómetros de Barcelona y a unos quince de Lleida. Su población actual es de
unos seis mil seiscientos habitantes.
Almacelles
fue siempre una tierra fronteriza, una tierra de paso…, para personas en son de
paz y ejércitos en son de guerra. Zona de pastoreo que iba de Cataluña a las
tierras de Aragón. Por su término pasa el canal Cataluña-Aragón, que fue inaugurado
el dos de marzo de 1910, cosa que permitió hacer un giro en su economía
agrícola al pasar del cultivo de secano al cultivo de regadío.
Almacelles está en medio de la carretera que une Lleida con Huesca (Aragón). Su población fue, durante siglos, eminentemente agrícola y pastoril. Los cereales y la alfalfa fueron sus productos más preciados, aunque también tuvo en su haber la viña, posteriormente elaboró una industria frutícola: peras, manzanas, melocotones, etc., y de productos lácteos, pues en su zona abundaron las granjas de vacas. En el siglo XX se incorporaron algunas industrias como la dedicada a la fabricación de ladrillos y material de construcción. Actualmente posee un importante polígono industrial que da trabajo a los habitantes tanto de Almacelles como de pueblos limítrofes de Lleida i de Huesca.
Almacelles
tiene más de 2000 años de antigüedad, antes de Jesucristo ya había un núcleo
poblado al entorno de la pequeña colina llamada “Lo Vilot”. Los primeros
pobladores eran iberos de la tribu de los ilerdetes. Con la ocupación romana de
la península ibérica, Almacelles se convirtió en un lugar de intendencia de las
legiones romanas a su paso de la conquista de la península. En su territorio
los romanos construyeron granjas y establos, sobretodo de cerdos, vacas y
caballos.
Los
romanos transformaron el nombre ibero de la población “Zellas” en la palabra
latina “Mazellus”, que viene a significar este nombre del latín matadero. Entre
las legiones romanas que nutrió los campos y establos de esta zona destaca las de
Julio César en su lucha contra Pompeyo en la guerra civil romana.
Tras
la caída del Imperio romano Almacelles vivió la etapa de los reyes godos, el
auge cristiano de la edad media y la conquista del terreno por los condes de
Urgel. Luego sufrió la invasión árabe de la península en el siglo VIII, que
significó la ocupación de “Mazellas” por espacio de más de tres siglos. Los
árabes incluyeron el prefijo Al al
nombre del pueblo para convertirlo en el definitivo “Al-másayah” que significa
“El Diamante”, formando parte del Califato de Córdoba hasta la reconquista
efectuada, a mitades del siglo XII, por los cristianos de los condados
catalanes de Barcelona y de Urgell comandados por el conde Ermengol VI. Entonces
se inició una repoblación cristiana que se asentó en la población durante los
tres siguientes siglos. Según el catastro de 1414 en Almacelles había 51
fuegos, así eran denominadas las casas que albergaban las diversas familias del
pueblo, pero en los siguientes años fue diezmando su población. Almacelles quedó
estancada en los siguientes siglos por ser tierra inhóspita, lejos de las
cortes catalanas y del reino de Aragón. Almacelles se había convertido en
tierra de paso de delincuentes y de bandoleros que campaban a sus anchas sin
ley ni autoridad que los sometiese y también por las guerras que sucedieron en
estos siglos. Eso hizo diezmar la población y ahuyentarla hacia otras zonas más
tranquilas.
REPOBLACIÓN DE ALMACELLES
Almacellas
quedó despoblada hasta finales del siglo XVIII, y fue entonces que siguiendo los
planes del rey Carlos III, de librar tierras y repoblar pueblos abandonados, puso
en marcha los pasos para recomponer las tierras abandonadas. La repoblación de
Almacelles se inició por Carta Real de 1 de marzo de 1774 con la adjudicación
de todo el territorio al noble de Barcelona, Melcior de Guàrdia y Matas, que de
acuerdo con su Majestad el Rey de España Carlos III, inició la planificación
urbanística del pueblo y la parcelación del territorio y se hizo una llamada a
las personas que quisieran acudir a repoblar-lo. Los primeros pobladores
llegaron de las comarcas regadas por el río Segre, de la zona del norte de
Lleida y de los pueblos fronterizos de Aragón e incluso se quedaron a vivir en
Almacelles algunos maestros de obra y albañiles que habían llegado para
trabajar en la construcción del pueblo. El proyecto que siguió para urbanizar
el pueblo es obra del arquitecto barcelonés Josep Mas Dordal.
La
repoblación era como una especie de caravanas de colonos que se dirigían al
oeste de Cataluña a hacerse cargo de un despoblado situado entre Lleida y
Binefar, justamente en esta línea del pueblo se construyó la primera calle
llamada camino de Lérida y, posteriormente, calle Mayor. Para la construcción
de las casas y servicios del pueblo llegaron maestros de obras de Barcelona.
Todos
los repobladores que se establecieron en Almacelles recibieron una parcela
dentro de la urbanización planificada por los ingenieros del “señor barón”, que
diseñaron las calles y las casas, todo bien planificado dentro de un espacio
urbanístico de líneas rectangulares. Los ingenieros reales diseñaron el pueblo
mostrando como habían de ser las casas, todas ellas de planta baja y piso
superior para guardar los frutos de las cosechas y en la parte trasera un patio
con establo y corral. Todas las casas tenían que estar alienadas simétricamente
con las restantes formando una línea recta con la calle. Y, a más, se
repartieron, equitativamente, tierras para que cada familia pudiera
trabajarlas. Paralelamente se proyectó un hostal, una panadería, una
carnicería, una taberna, pozos de agua, molinos, la Iglesia y su plaza y calle
Mayor. La familia baronesa, que había adquirido el derecho de planificar y
proyectar el poblado, tuvo el honor de construir la Iglesia bajo la advocación
de Nuestra Señora de la Merced, patrona de Almacelles como también lo es de
Barcelona.
Hacia
1784 ya habían empezado a ocupar las primeras casas por la zona de la actual
calle Mayor y a trabajar la tierra los primeros pobladores. La etapa de
repoblación no fue fácil pues coincidió primero con la invasión napoleónica
(1808-1813) y luego la primera guerra carlista (1833-1840). A más la falta de
agua no hacía fácil las labores del campo. Las tierras fueron destinadas a
productos de secano y, como antaño, sus habitantes se dedicaron al pastoreo.
El
primer Poquet repoblador de Almacelles lo encontramos en el censo de impuestos
de 1823 se trataba de Francisco Poquet, que pagaba un impuesto en especies a la
señora baronesa María Teresa de Fortuny y Sanromà, consistía en 1 capón y 2
perdices. También aparecen en el censo los apellidos que formaran parte de la familia
Poquet o que se emparentaron con ella, entre los cuales hay Miquel Clota, que
procedía de Bell-Lloc (Urgell-Lleida), Andreu Pàmpols, que llegó a repoblar
Almacelles des de Corbins (Segrià-Lleida) y también aparecen otros apellidos
muy ligados a la saga de los Poquet y los Pàmpols como Mateu, Simó, Justribó,
Molins, Ortiz, Giribet, Torres, Gassol… Apellidos que quedaron por el camino,
pero que continúan estando vigentes en la actual Almacelles.
Francisco
Poquet había llegado Amacelles procedente del pequeño pueblo de Torrelameu (La
Noguera-Lleida) y fue en su nuevo destino donde fundó su familia.
Aquí
se inicia la saga de los Poquet. Uno de los hijos de Francisco, José Poquet se
casó con María Albin, este apellido, según parece, es de origen judío y
portugués, pero, probablemente se trate de una de las familias que llegaron
desde Aragón para establecerse en Almacelles.
Entre
los hijos de esta pareja encontramos a Isidro Poquet Albin que contrajo matrimonio
con la vecina del pueblo Antonia Borrell Simó, hija de una familia también de
repobladores de Almacelles, los cuales tuvieron varios hijos uno de ellos fue
Andreu Poquet Borrell, que nació en 1866.
Andreu
Poquet Borrell se casó con Maria del Pilar Clota Moreno, descendiente de Miguel
Clota que había llegado a repoblar Almacelles desde el pueblo de Bell-Lloc
d’Urgell hacia 1820. Maria del Pilar era hija de Andreu Clota Ortíz i de
Manuela Moreno Janés. El oficio de Andreu Poquet era jornalero labrador. Entre
los documentos que conservo del iniciador de la saga más moderno están sus
papeles de cuando hizo el servicio militar y el de la compra del terreno para
edificar una casa en la calle Estación.
Andreu
Poquet y Maria del Pilar Clota tuvieron siete hijos, de los cuales sólo
sobrevivieron tres: Marcelina (Almacelles,1903-Barcelona, 1958), Pau (Pablo) (Almacelles,1906-Villa
Cañàs,1958) y Josep (Almacelles, 1909-Barcelona, 1984).
En
1898 Andreu Poquet compró una parcela en la calle de la Estación, 34, donde
edificó una humilde casa de planta baja, altillo para el grano y patio trasero.
En el número 26 de la misma calle se estableció el hermano de Maria del Pilar,
Carles con su esposa Teresa; y en un edificio colindante también de la calle
Estación vivía la hermana de Andreu Poquet que se había casado con un primo
hermano por tanto los hijos del matrimonio llevaban los apellidos cambiados en
lugar de “Poquet-Clota” eran “Clota-Poquet” e incluso en otra finca de esta
misma calle se estableció otros parientes de la familia Clota. O sea que la
calle Estación se convirtió en el núcleo principal de viviendas de los Poquet y
de los Clota. La calle que lleva el nombre de Estación es por la línea
Barcelona-Lérida-Zaragoza que pasaba por su término y tenía una de sus
estaciones en el pueblo de Almacelles, no sigue la línea urbanística del
pueblo, pues esta se construyó más tarde siguiendo el camino más corto hacia la
estación de tren. En esta casa de la calle Estación, 34, vivió la familia
Poquet-Clota hasta que la desgracia se sumó a ellos (muerte de los padres) y entonces
tuvieron que continuar su vida en otros lugares.
Andreu
Poquet Borrell falleció en 1914 de un ataque al corazón a los 48 años mientras estaba
descargando sacos de cereal de un carro. Unos meses después fallecía su esposa
María del Pilar, dejando a los tres hijos huérfanos, Marcelina de 11 años, Pau
de ocho y Josep de cinco. Los familiares directos tuvieron que crear, según
mandaba la ley, un Consejo Familiar para acoger a los niños. Un documento del
juzgado de Almacelles expone quienes formaban dicho Consejo: Carlos Clota
Moreno, Josep Poquet Borrell, Manuel Aldabó Poquet, Josep Clota Poquet i Jaume
Torre Poquet. Es decir, los hermanos de
los padres y familiares directos se repartieron la tutela de los tres niños
huérfanos hasta su mayoría de edad. Josep, el más pequeño, se quedó en casa de
su tío Carlos Clota Moreno y la tía Teresa Aldabó Poquet, que tenían una hija
que se llamaban Luisa. Pau fue a vivir a casa de un primo hermano de sus padres
Josep Clota Poquet, que tenía también una hija, María, que se hizo monja de
enseñanza; y la mayor de los tres hermanos, Marcelina, fue acogida en casa de
su tía Dolores Clota Moreno y de su tío Jaume Torre Poquet, que vivían en el
pueblo de Bell-Lloc, pero muy pronto emigraron a Barcelona y alquilaron una
casita en la calle Carretera de Ribas-plaza de las Glorias, en una zona
entonces alejada del centro de la Ciudad donde tenían huerto y patio con
corral. Mientras tanto los dos hermanos
Pau y Josep crecieron en Almacelles acudiendo al colegio de niños del
Ayuntamiento y, posteriormente, empezaron a trabajar en las tareas del campo. La
hija de Carlos Clota Moreno, Luisa se casó con Francisco Escuer y tuvieron
cuatro hijos: Francisco, Beatriz, Victoria y Pepito. Con esta familia y sus
descendientes, que todavía viven en Almacelles, hemos mantenido desde siempre
una buena relación familiar y todavía ahora cuando voy a Almacelles me acogen
en su casa algunos de los primos que viven aquel pueblo leridano, entre otros,
Antonio, Lluïsa y su hija Ester, todos ellos descendientes de la familia Clota.
La
Marcelina hacia 1918 empezó a trabajar en una sucursal de la fábrica textil Fabra
y Coats, en la calle Cartagena-Mallorca. A principios de la década de los años veinte
llegó a Barcelona su hermano Pau que se instaló en casa de tía Dolores. Muy
cerca de esta casa había un almacén y centro de transporte Casa Cerdà, casualmente
esta empresa tenía un gran almacén de alfalfa en la calle Estación de Almacelles
que la transportaba a Barcelona con el tren. A esta empresa de Barcelona, una
vez cumplido el servicio militar, fue a trabajar como carretero Andreu Pàmpols
Fuertes, que poco después en 1924, se casaría con Marcelina.
Luego
llegaría a Barcelona desde Almacelles el hermano pequeño de Marcelina y Pau,
Josep que se estableció también en casa de la tía Dolores en la Carreteras de Ribas
y se puso a trabajar de su oficio de agricultor y de jardinero. De nuevo los tres
hermanos estaban juntos y se veían frecuentemente, visitas al Tibidabo o a
Montjuïc, excursiones a la montaña de Las Planas para hacer picnics y los
veranos a la playa de la Barceloneta. Barcelona era una ciudad cosmopolita de cerca
de un millón de habitantes con teatros, cines, cabarets, bailes y toda clase de
diversiones. En una ocasión acudieron a ver Carlos Gardel que era todo un
fenómeno social en Barcelona. Pau lo recordaba en una carta, tras la muerte del
cantante, a su hermana, en la que hablaba de los tangos de Gardel y de cómo
lloró Argentina su muerte. Pau era aficionado al cante y en la carta le
recordaba a su hermana la canción de Gardel Volver,
quizá pensando en volver pronto a su Barcelona querida. Los tres hermanos vivían
muy unidos y junto a Andreu Pàmpols, marido de Marcelina y la familia de tía
Dolores se juntaban para celebrar fiestas y acabar cantando el Cielito lindo y
otras canciones de los años veinte, sobretodo cuplés de Raquel Meller. Las
bromas estaban al orden del día, pues eran los tres muy alegres.
Barcelona
vivía una época de lucha social y de huelgas. La mayoría de los obreros
barceloneses estaban afiliados al sindicato anarcosindicalista CNT
(Confederación Nacional del Trabajo) hegemónico en Cataluña. El anarquismo
tenía un peso importante entre las capas populares catalanas. Se seguían
métodos alternativos a los aplicados que creaban cooperativas, ateneos,
escuelas… El fenómeno anticlerical mostraba su fuerza e influencia entre la
clase trabajadora. Sus seguidores eran propensos a poner nombres laicos a sus
hijos como Floreal, Germinal, Helios, Amapola… Marcelina se había afiliado al
sindicato textil de la CNT y Pau simpatizó con el movimiento catalanista, in crescendo en aquellos momentos, pero
clandestino pues era perseguido por las autoridades como subversivo pues
pretendía la independencia de Cataluña del resto del Estado español. España
vivía bajo la dictadura de Primo de Rivera y, por tanto, la represión era
constante.
MARCELINA POQUET
Marcelina
y Andreu cuando se casaron se instalaron en un piso de la calle Castillejos,
281, cerca de la Sagrada Familia, y con ellos fue a vivir Pau, que había
encontrado trabajo en una vaquería muy cercana al piso en el barrio del Clot. En
este piso nacerían los dos hijos de Marcelina y Andreu, al primero le pusieron
Andreu, que vivió más o menos un año, y el segundo fue mi madre que nació en
1926 y le pusieron Pilar como su abuela materna.
Cuando
la guerra terminó los vencidos lo pasaron muy mal, faltaban alimentos y faltaba
libertad. Marcelina (como tantos y tantos españoles) sufrió el peso de la
represión y fue detenida y llevada a la cárcel de mujeres del barrio barcelonés
de Les Corts, una antigua convento convertido en presidio. Durante el año y
medio que vivió encerrada su hija Pilar fue acogida un tiempo por sus tíos
Josep Poquet e Isabel González y pasó otra temporadita en el pueblo de
Almacelles en casa de la prima hermana de su madre, Luisa Clota. A la salida de
la cárcel madre e hija se reunieron de nuevo en el piso de la calle de la
Cadena, que habían alquilado en 1935, en su ausencia había estado habitado por
el cuñado de Marcelina, Manuel Pàmpols y su esposa Ramona Piqué. El piso como
era grande, siete habitaciones, se convirtió en una Casa de Huéspedes tolerada,
en todas las habitaciones que no hacían servir, es decir en todas menos dos
había personas o familias realquiladas. Pilar pronto se colocó de aprendiza en
un taller de confección y éste sería el oficio del resto de su vida laboral:
modista. La hija de Marcelina, Pilar Pàmpols Poquet se casó en 1947 con Eusebio
Aisa Cuenca, un años después nacía en la calle de la Cadena su primer hijo que
le pusieron Fernando (Ferran) al poco tiempo en 1952 se trasladaron a vivir a
una portería en la calle Diputación, 123. Viviendo en la portería en 1953 nació
el segundo hijo Manuel en la Clínica la Esperanza de San José de la Montaña. Ferran
por entonces ya iba al Colegio Municipal Diputación de la misma calle en que
vivían. En este colegio estuvo dos cursos y medio, pues a mitad del tercer año
regresaron
a la calle Cadena pues Marcelina había caído enferma. Finalmente falleció el 8
de diciembre de 1958 de un cáncer de matriz a los 55 años.
PABLO POQUET EMIGRA A ARGENTINA
Pablo
no se sentía a gusto con la situación represiva que se vivía en aquellos
momentos en España, y a pesar que Primo de Rivera ya había caído, la situación
no era demasiado clara. A pesar de ello para el mes de abril de 1931 se habían
convocado elecciones municipales que iban a resultar plebiscitarias y de las
cuales se proclamó la Segunda República Española.
No
sé exactamente la fecha en que partió del puerto de Barcelona rumbo a la
Argentina, pero supongo que Pablo salió en barco (con su catalejo y su brújula)
antes de las elecciones que trajeron la Segunda República a España. Quizá si
hubieses esperado unos meses o días no se hubiera ido, pues la alegre libertad
de aquellos días con la proclamación de la República y la restauración de la
Generalidad de Cataluña invitaban a ser optimistas. Por otro lado, quizá había
algún otro motivo más fuerte que le hacía abandonar su tierra, sea lo que sea,
el secreto se lo guardó Pablo para si. La cuestión es que partió hacia lo
desconocido ligero de equipaje como cantó Machado.
En
Argentina vivía un pariente de los Poquet que le había prometido el oro y el
moro (como vulgarmente se dice) a Pablo, pero luego de lo dicho ni la mitad.
Eso de hacer las América la mayoría de las veces no era más que una fábula. En
las cartas a su hermana le exponía las calamidades que estaba pasando, que
dormía al lado del establo de los cerdos que de día cuidaba. Marcelina lloraba
pensando en lo mal que lo pasaba su hermano y miraba como conseguir dinero para
enviárselo para que cogiera pasaje de vuelta. Pero cuando ya tenía listo el
dinero para comprar el billete del barco de retorno a Barcelona, Pablo decidió
quedarse en Argentina. Pudo ser por la situación que atravesaba España, pues muy
pronto se produjo un golpe de Estado militar que dividió la península ibérica
en dos zonas, la republicana y la fascista (llamada nacional), quizá porque
encontró trabajo de mayor estabilidad o porque encontró al amor de su vida,
Elena Merlo, y pronto se casó con ella y tuvieron cinco hijos: Floreal (1940),
Andrés (1943), Elena (1945), Pablo (1948) i José (1953).
La
situación en Argentina mejoró y en cambio España, tras los horrores de los
últimos tiempos de la guerra, vivió una horrible postguerra, peor que la
guerra. En cuanto pudo Pablo envió paquetes con alimentos a su hermana y
sobrina e incluso hizo todo lo posible para convencerlas para que emigrasen a
la Argentina. Cuando mis padres se casaron (Pilar Pàmpols Poquet y Eusebio Aisa
Cuenca) y nací yo, les propuso que se embarcaran para Argentina. Según me contó
mi madre ya estaba casi todo a punto para el viaje cuando mi padre le entró
miedo de dejar a su familia y desistió. Pablo trabajaba en el campo según me
consta en una carta dirigida a mi abuela y a mi madre de 1952 su residencia era
la siguiente: “Estancia de Chanar. Estafeta San Marcelo, Estación Teodolonina.
Ferrocarril General San Martin”. En esta carta se dirige a Pilar preguntándole
por el hijito (que soy yo) y habla de su hermano José; “Nuestro José, veo que
está bien, se me adelantó en tener los hijos grandes y ya lo ayudan, los de
nosotros todavía son chicos, el mayor Floreal tiene 11 años y va para 12, el
segundo Andrés tiene 9 años y para 10, la nena Elenita tiene seis años y va
para 7 y el más chiquito Pablito tiene 3 años va para 4.” También cita a su
prima Luisa que acaba de morir y recuerda que en su casa tuvieron “a José,
nuestro hermano cuando quedamos huérfanos.” Pide que saluden a tía Dolores (la
otra hermana de su madre) que acogió primero a Marcelina, luego a él y
finalmente a José cuando vino a Barcelona. En la misma carta escribe unas
líneas Elena Merlo (que firma Elena de Poquet) dirigida a Marcelina y a Pilar a
quien le piden fotos del hijito (yo) y pregunta por los chicos de José (Andrés,
Pepita e Isabel). En otra carta posterior, ésta de 1955 ya citan al más pequeño
José que tiene 2 años. En la carta hacen saber que Floreal tiene 15 años y vive
en Buenos Aires y hace saber que Andrés, Elenita y Pablito van al colegio “aquí
en el campo”. Como por carta se han enterado que Pilar ha tenido su segundo
hijo, le pide que envíe fotos para conocer al pequeño Manuel. Y vuelve a
preguntar por su hermano José y por los chicos y manda que le saluden y que le
digan que escriba. Y acaba la carta escribiendo en catalán hablando con nostalgia
de Barcelona: “Y Barcelona, mi querida Barcelona?” Y pide noticias de la ciudad
que le acogió de chico: el Tibidabo, Les Planes, Montjuïc, Sarrià… Y se despide
con cariños y muchos besos para todos.”
Pablo
Poquet falleció el 1 de febrero de 1958 de un ataque al corazón.
Los
Poquet siguen en Villa Cañás (Santa Fe) con los hijos de Elena, Pablo y José
Poquet. Como escribía José en una carta a su prima Pilar: “Aquí hay tres Poquet
y tres Isola, Núria, Pablo Poquet y Cristian Ruben Poquet y Gabriela, Claudia y
Nicolás Isola.” De los cinco hermanos Poquet, Pablo falleció el 24 de
septiembre de 2007.
JOSEP POQUET CLOTA
Josep
Poquet, el pequeño de la saga, encontró su pareja en el mismo barrio donde
vivía su hermana, Isabel González era su nombre. La pareja fue a vivir a casa
de la madre de Isabel en un piso de la calle Cartagena, 220. Allá nacieron los
tres hijos del matrimonio: Andreu (1935), Pepita (1937) e Isabel (1949). Josep
trabajó de jardinero y su esposa era florista. A mitad de los años sesenta Josep se separó de
Isabel y estuvo viviendo con una viuda que se llamaba Carmeta. Josep falleció
el 13 de octubre de 1984.
Andreu
era un gran aficionado a la caza e iba a menudo a Almacelles a cazar y se casó
con Josefina Campos una chica andaluza de Jaén. Andreu Poquet falleció en 1994.
Pepita
Poquet de joven le gustaba bailar y cantar y lo hizo en público en diversas
ocasiones. Se casó con Jacinto Aguiló que tenía un negocio de alimentación y
abrieron diversas tiendas por Barcelona y Hospitalet, ahora está jubilada y en
el 2014 se quedó viuda. Isabel se dedicó a la costura y se casó con un chico
aragonés que era empleado de su hermana Antonio Membrado con el que tuvo cuatro
hijos. Actualmente están separados.
La
descendencia de los Poquet se ha mantenido con los hijos de Josep, ocho nietos
en total pero tan sólo dos Poquet, los hijos de Andreu Poquet, que se llaman Andreu
i Joan Poquet Campos; los dos hijos Pepita Poquet, que se llaman Jacinto e
Isabel Aguiló Poquet; y los hijos de Isabel Poquet, que se llaman Antonio,
Cristina, Albert i Marc Membrado Poquet,
Ferran Aisa Pàmpols
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