GERARD JACAS
Gerard Jacas (Foto AEP-2009) |
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La cabra siempre tira al monte y el cabrero a la ciudad.
Amar eternamente, como el sol ama a la luna, sin apenas conocerse.
La realidad y el deseo viajan en tranvía, pero de distinta línea.
Flirtear es entretenido mientras no se convierta en un hábito rutinario.
Los seres humanos, iguales en especie, somos como género complementarios,
pero opuestos.
En un saco abandonado, se encontró a un niño de otras épocas.
El ojo que todo lo ve es el vigía del civismo y las buenas costumbres.
Al señor Jesús, los fieles acabaron llamándole sólo Señor.
La necrosis de una parte produce la destrucción del todo.
A los perros con pedrigrí hay que recogerles las cacas con bolsos de marca.
Sueña el joven con morir viejo, el viejo, en cambio, sueña únicamente con morir.
El cuerpo insulta con sus bellas líneas las afeadas arrugas del cerebro.
La roca es el mineral del bruto.
Posteridad: parte trasera de cualquier cosa.
La palabra malsonante del repipi: ¡Jolín!
Quien se las da de guapo seguramente lo es, pero ¿y qué?
En la civilización de las máquinas los seres humanos son las máquinas.
Bragazas es el femenino de calzonazos.
Hay gente tan triste y aburrida como una tarde de domingo.
El lirismo está en peligro de extinción, por abandono.
Cuando dos automóviles chocan de frente se produce un encuentro accidental.
Seguramente, estamos viviendo la vida de otro, pues a veces al mirarnos al espejo
no nos reconocemos.
El culturista practica para conseguir un cuerpo escultural.
Los polvos pica-pica son una broma urticante.
Cada cual adquiere la personalidad de la máscara que lleva.
Los Países Bajos no saben qué hacer para ponerse a la altura de los demás.
Sería imposible estar en orsay o casarse de penalti sin el fútbol.
El amado le hace la corte a su amada procurando no cortarse.
Desafortunadamente, no todas las suertes son iguales.
Los unos van a menudo seguidos de los otros.
El menor de edad no puede todavía divorciarse de sus padres.
A los dos bandos en conflicto les unen las guerras y les separan las treguas.
En los bares, algunos clientes ni estudian ni trabajan.
El hombre de ciudad puede que esté como una cabra; el de campo, como una cabra montés.
Si te das un baño caliente, te pones al baño maría.
Las barreras que nos limitan no son infranqueables.
El que lleva pistolas, fusiles y toda clase de munición los sujeta con los dientes.
Más vale pronto que tarde.
Los indios no hacen el indio, lo son.
Gerard Jacas (Barcelona, gener, 2011)
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